viernes, agosto 31, 2007

Salir del aire de siempre para oler otros aires.
Volar tan alto que el amanecer se abre cerca.
Correr algunos telones para ver que hay detras, mirar en los ojos de otros que miran otras manos.
Tiemblan a otro tiempo…
Saben de silencios largos y sorbos que devuelven el alma al cuerpo.
Escuchar…
Colores que dan al rio.
El mar y el cielo llenan el alma.
Sutil el gesto, estremece.
Todos los deseos esperan lugar.

No se necesita mostrar, ni siquiera brillar para saber que es oro.